Al corriente: febrero 5, 2013
Angostura de Paine, Chile – Tras un retraso de dos años causado por el gran terremoto de 2010, la tradicional reunión bianual de los menonitas del Cono Sur se ha trasladado por primera vez a Chile, donde alrededor de una veintena de congregaciones declara su adhesión al anabautismo. La reunión se celebró del 23 al 27 de enero de 2013 en el Campamento del Ejército de Salvación, ubicado en Angostura de Paine, 55 km al sur de Santiago de Chile. Hasta allá concurrió un centenar de anabautistas provenientes de Bolivia, Argentina, Uruguay, Paraguay y Brasil, además de decenas de miembros de iglesias de varias regiones de Chile. A ellos se sumaron visitantes de Centro y Norteamérica y los directivos del Congreso Mundial Menonita (CMM).
La organización estuvo a cargo de la Iglesia Evangélica Menonita de Chile (IEMCH), que en 2011 se convirtió en el miembro número 100 del CMM. Con una docena de congregaciones a lo largo del país, la IEMCH refleja la vocación misionera de las iglesias anabautistas latinoamericanas. En una ponencia realizada durante el encuentro, el académico canadiense de origen paraguayo Titus Guenther llamó la atención sobre esta vocación misionera, que ha permitido a las iglesias anabautistas de Latinoamérica cuadruplicar su membresía en los últimos treinta años. En el encuentro participó también el chileno Jorge Vallejos, prolífico plantador de iglesias radicado en Canadá y que en los años ’80 inició la conexión entre iglesias canadienses y chilenas que condujo al establecimiento de la IEMCH.
Robert J. Suderman fue invitado a realizar las ponencias centrales, dedicadas al tema “Encarnando ahora vistazos del futuro: Fundamentos bíblicos del Shalom”. Ex Secretario General de la Iglesia Menonita de Canadá, Suderman trabajó una década con iglesias menonitas en Latinoamérica. Citando Efesios 6:12, señaló que una iglesia del Shalom debe comprender cuál es la naturaleza del mal al que se enfrenta: no es una lucha contra “carne ni sangre”, sino contra “principados y potestades”, entendiendo a éstos últimos como ideologías opresoras que perpetúan la injusticia en nuestro mundo. En este escenario, “la vocación fundamental de una comunidad del Shalom es pedagógica”, señaló Suderman. Esta vocación se realiza mediante la práctica del amor a los enemigos, la que transforma a cada congregación en “el argumento demostrativo del Reino del Shalom”.
Un estremecedor ejemplo de esta práctica transformadora fue el que compartió el pastor Alfred Klassen (Paraguay), quien fue asaltado y apuñalado en su casa en 2009. Cuando uno de sus asaltantes se entregó a la justicia, Klassen lo perdonó y acompañó a lo largo de todo el proceso judicial, surgiendo entre ambos un lazo de profunda amistad y confianza. Por su parte, los directivos del CMM Danisa Ndlovu (Zimbwawe) y Janet Plenert (Canadá) compartieron la experiencia vivida en el culto de arrepentimiento y perdón realizado en Stuttgart en 2010 y que marcó la reconciliación de luteranos y menonitas. Otra historia de reconciliación fue compartida por Titus Guenther: la historia del Cristo de los Andes, una estatua hecha con bronce de cañones fundidos y colocada en lo alto de la cordillera andina en 1904 para conmemorar la solución pacífica de un diferendo limítrofe entre Chile y Argentina.
Además de Suderman, también aportaron reflexiones teológicas los pastores Mónica Parada y Carlos Gallardo, de la Iglesia Anabautista-Menonita “Puerta del Rebaño” de la ciudad de Concepción (Chile). Ambos llamaron a realizar la vocación de paz menonita partiendo del interior de las propias comunidades de fe y las familias que las constituyen. Gallardo manifestó que “el verdadero seguimiento de Jesús se realiza en la equidad, en la construcción de una comunidad en la que podamos mirarnos de frente como iguales”. Invitada especialmente por la red de Teólogas Anabautistas de Latinoamérica, Mónica Parada proporcionó claves para desenmascarar la violencia simbólica, aquella que se ejerce de la manera más sutil y cotidiana, especialmente contra las mujeres. Asimismo, hizo un recorrido histórico por diferentes visiones acerca de la mujer: aunque la práctica de Jesús revelada en los evangelios deja en claro su dignidad intrínseca, numerosos teólogos varones –desde la patrística a la modernidad– se esforzaron por mantenerla en un status inferior. Así se construyó una imagen de la mujer como un ser incompleto y defectuoso, un “constructo social y religioso” que la iglesia debe empezar a superar para que tanto hombres como mujeres alcancen la vida plena ofrecida por Dios. “Debemos quitar las piedras de los ríos de agua viva”, puntualizó la pastora.
Durante los cinco días de este encuentro, se compartieron conmovedores testimonios. En una sesión dirigida por las Teólogas Anabautistas de América Latina, Aurora Rinaldi (Argentina) y Valeria Alvarenga (Brasil) hablaron acerca del arduo camino que las condujo hasta el pastorado. Por su parte, Freddy Barrón (Bolivia) narró las vicisitudes que enfrentó como hijo de pastor, como una forma de llamar la atención sobre los riesgos y privaciones que puede pasar la familia pastoral si no recibe el cuidado necesario de parte de los propios pastores y de su comunidad. Por su parte, César García, Secretario General del CMM, y Rodrigo Pedroza, representante de YABs (Jóvenes Anabautistas), expusieron acerca de la labor de sus organizaciones para el fortalecimiento de los lazos en la familia global de fe anabautista.
El encuentro del Cono Sur fue también la oportunidad para compartir a través de la alabanza y el arte. Con trajes e instrumentos típicos de la cultura campesina del Chile central, el grupo “Los del Huerto” entonó y bailó animadas cuecas y guarachas. Asimismo, los jóvenes de la IEMCH presentaron un recorrido por imágenes y danzas típicas de las diversas regiones de Chile continental e Isla de Pascua, los representantes de Argentina ofrecieron una velada de cantos de alabanza con ritmos latinoamericanos y textos que exaltaban el compromiso con la paz y la justicia, y el joven Salomao Taumaturgo hizo lo propio con música de Brasil.
En una jornada final cargada de emociones, los asistentes agradecieron la hospitalidad de la IEMCH. “Se han ocupado hasta de los más mínimos detalles para hacernos sentir bien”, señaló Rubén Darino (Argentina). Tras compartir la Santa Cena y dar por terminado oficialmente el encuentro, la IEMCH se trasladó a una piscina próxima para realizar el bautismo de tres de sus miembros, en compañía de anabautistas de diez países diferentes: una visible demostración de lo aseverado por el pastor anfitrión, Daniel Delgado: “Ahora sabemos que no estamos solos, que somos parte de una familia universal”.
-Felipe Elgueta, con colaboración de Violeta Fonceca.
Adicional foto: Firma de un estandarte de las Teólogas Anabautistas de América Latina. El estandarte será llevado a las reuniones de mujeres de otros países este año. Foto: Janet Plenert.
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