Al corriente: agosto 6, 2021
¿Qué es el Reino de Dios y cómo se ve la ciudadanía? El secretario general del Congreso Mundial Menonita, César García, exploró estas preguntas en un libro de la serie “El Camino de Jesús: Pequeños Libros de Una Fe Radical” de Herald Press en febrero del 2021.
La Oficina de las Naciones Unidas del Comité Central Menonita le hizo preguntas sobre el tema. Esta entrevista se publicó originalmente en el Informe Global de la Oficina de las Naciones Unidas en mayo del 2021.
Oficina del Comite Central Menonita en la ONU: Como líder de la Iglesia, ¿por qué decidió escribir este libro? ¿Por qué un libro sobre política en este momento?
César García:
En Colombia, mi país, nuestras iglesias estaban tan divididas por la política partidista que era una pesadilla. No podíamos hablar del proceso de paz que se estaba llevando a cabo en nuestro país porque era muy divisivo. ¡Incluso entre los pastores de la misma conferencia! Las tensiones surgieron porque la gente buscaba la orientación de los líderes de la Iglesia. En las redes sociales, encontramos comentarios diversos e incluso mentiras que se propagaban y afectaban a los miembros de nuestra Iglesia. Nos faltaba material para hablar del compromiso político de una manera sencilla pero profunda.
Esto, junto con otros países que pasan por realidades similares, es lo que dio origen a este libro. Este tipo de polarización nos acompañará durante muchos años.
En el libro, usted dice que el mensaje de Jesús era político. Mucha gente se sorprendería al escuchar eso. ¿A qué se refiere?
Mucha gente confunde la política con la política partidista. La política es importante porque tiene que ver con la manera en que se organiza nuestra sociedad. Tiene que ver con el modo en que pensamos en el dinero, en cómo nos relacionamos con las personas que son diferentes, y con las personas marginadas y la injusticia en la sociedad.
El mensaje de Jesús era profundamente político porque hablaba de una nueva forma de organizar la sociedad.
Cuando Jesús utiliza el término “reino de Dios”, está utilizando un lenguaje político. El término aparece en la Biblia unas 140 veces. Cuando Jesús dice: “El reino de Dios está aquí”, está hablando de una realidad política, de nuestra forma de organizar la sociedad, de nuestros valores y de la manera de relacionarnos.
La política de los Gobiernos suele estar en profundo contraste con la sociedad diferente del reino de Dios. Por eso digo que el mensaje, la vida y la misión de Jesús son profundamente políticos. Él habla de una nueva forma de experimentar una nueva creación, una nueva sociedad.
En su libro, menciona la “política del exilio” como su modelo preferido de compromiso político. ¿Puede hablar al respecto?
Crecí en Colombia, donde algunas iglesias cristianas no estaban reconocidas legalmente. Nos sentíamos oprimidos porque no se nos permitía reunirnos libremente. La gente incluso atacaba los edificios de las iglesias y amenazaba a sus líderes. Pues bien, ahora que hemos crecido en número y que todas las iglesias cristianas están reconocidas legalmente, algunas iglesias se han convertido en las opresoras porque muchos cristianos exigen leyes que no tienen en cuenta la libertad de las minorías. Se tiende a pensar que los cristianos deberían influir en la política desde arriba. Pero hay otra alternativa.
En el Antiguo Testamento, hay voces que critican las monarquías israelitas descendientes de Saúl y David, y ven esa forma de gobierno como una etapa desafortunada en el pueblo de Dios. Al final, los antiguos israelitas se encontraron en el exilio. En ese contexto, líderes como Daniel, por ejemplo, influían en la sociedad desde una perspectiva de vulnerabilidad.
A eso me refiero con la política del exilio. Daniel, junto con los demás exiliados, se unieron en torno a una identidad común como pueblo desplazado al margen del imperio.
Este es el tipo de política con el que se identificó Jesús: el sabio liderazgo de Daniel en un contexto de imperio opresivo, en lugar del poder vertical ejercido por David.
Lo que estamos llamados a hacer es invitar a la gente de forma voluntaria a adoptar buenos valores.
Gran parte de la Iglesia no ha hablado de los problemas de la estructura social y de cómo comprometerse con ellos. ¿Cree que las estructuras pueden ser pecaminosas?
El pecado es más que el comportamiento individual. El pecado tiene que ver con el entorno en el que vivimos. Cuando miramos la historia de la caída en el Génesis, la humanidad dejó el paraíso para vivir en estructuras que promovían el pecado y la dominación.
Una de las primeras consecuencias del pecado es que Dios mencionó que los hombres y las mujeres lucharían por el poder sobre los demás. Nuestras sociedades crean naturalmente estructuras de dominación en las que las clases, las razas y los grupos oprimen a otros.
Desafortunadamente, es difícil reconocer estas estructuras porque nos criaron en ellas. Somos como peces nadando en un gran océano, incapaces de reconocer las aguas, las estructuras que crea nuestra sociedad, hasta que nos sacan del agua.
Eso es lo que significa vivir en el reino de Dios. El espíritu de Dios nos capacita para vivir un tipo de sociedad diferente. Entonces podemos volver a influir en las sociedades de este mundo de una manera coherente con nuestros valores.
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