A 10 años de inicio del movimiento de Teólogas Anabautistas de America Latina

Ciudad de Guatemala, Guatemala – En las instalaciones del Seminario Anabautista Latinoamericano – Semilla – en la ciudad de Guatemala, dio inicio el Seminario Taller  “Escucha activa y compasiva” impartido por  Carolyn Holderread Heggen y Rhoda Shenk Keener, de Mennonite Women, USA.  El día lunes 11 de febrero,  fue intenso, contamos con la participación de varios hermanos y hermanas pastores, así como estudiantes de Semilla.

El día martes muy temprano, con gran expectativa,  nos preparamos para asistir 60 mujeres menonitas y de otras organizaciones afines en el taller “Cuidándonos entre mujeres¨.  ¡Qué alegría! había representación de todos los países de Centro América y México, a excepción de Belice.  Después de la bienvenida, arrancamos con nuestra capacitación.  Cada país tuvo el tiempo de dirigirnos de manera muy creativa en los devocionales matutinos: canto, poesía, drama, oraciones.

Algunas hermanas compartieron en su testimonio lo siguiente: “La capacitación transcurrió entre historias impactantes de dolor, muchas lágrimas fueron derramadas y hubo oportunidad de reflexionar profundamente sobre temas importantes, tales como aceptándonos como Amadas de Dios, el auto cuidado, comprendiéndose una misma, aprendiendo a poner límites, la escucha compasiva y el manejo del estrés. Fue un espacio sanador para muchas de nosotras.” – Gloria Chacón de Costa Rica

“Sin duda alguna fue un taller buenísimo, muy vivencial, muy de la realidad. Muchas de nosotras alcanzamos las expectativas y más allá regresamos profundamente más humanas. Estamos listas para ayudar a otras de manera más efectiva, ojalá tengamos en el futuro un seguimiento más profundo pues en realidad lo necesitamos.” – Albania Molina, Honduras.

“¿Qué vi y qué escuché? 61 mujeres alabando, cantando, contando historias de sufrimiento, de dolor, pero reconociendo la presencia del Espíritu de Dios en sus vidas.  Vi y escuche a dos mujeres (Rhoda y Carolyn) compartir sus experiencias acumuladas por varios años, atender las preguntas de las participantes con mucho amor, misericordia y sabiduría. Vi grupos de mujeres reflexionando y estudiando la palabra del Señor, contestando preguntas acerca del tema.  Vi mujeres compartiendo alegrías y tristezas, vi abrazos, acercamiento de la una con la otra, escuché diálogos profundos, compartimiento de saberes, apoyo mutuo, amistad, cuidado amoroso entre todas. Escuché palabras de gratitud y aliento por el seminario, por la organización y administración, vi al personal de Semilla siempre dispuesto a servir, para que todo saliera bien y con la presencia de nuestro buen Dios.” – Olga Piedrasanta, Guatemala

Yo misma experimenté un momento diferente entre nosotras. Nuevos ánimos y energía para continuar abriendo brecha para otras y otros en cada región. Fuerza y esperanza al mirar que no estamos solas en esta parte del camino que nos ha tocado vivir. A nuestro lado está nuestra hermana, amiga y compañera asumiendo también los retos del Reino de Dios. Cada una tan diferente y a la vez con tantas cosas en común. Este espacio sirvió para sanar dolores, expresar cosas que  quizá se habían guardado por tiempo. Fue un espacio creado con libertad y confianza. El impacto mayor de Rhoda y Carolyn ha sido un corazón abierto, hablando de sus propias vivencias, sin máscaras.

En este marco celebramos además los 10 años de inicio del Movimiento de Teólogas Anabautistas de América Latina.

Se hizo un recuento histórico del camino recorrido; esto fue muy positivo porque muchas mujeres expresaron desconocer la historia del mismo. Desde el 2005 que el movimiento fue traído a América Latina,  por las mujeres que participaron en el Congreso Mundial Menonita, las mujeres latinoamericanas se han estado organizando y redefiniendo su lugar en la Iglesia, aprendiendo qué dice la Biblia acerca de la igualdad y la justicia. A través de mucho esfuerzo han solicitado  y han logrado aumentar la participación de las mujeres en las asambleas regionales y más mujeres han estado en posiciones de liderazgo.

En medio de gratitud y alegría celebramos la Cena del Señor. Nuestra  liturgia  se simbolizó por un camino de granos de maíz y velas encendidas, símbolos que nos ayudan a reconocer el sustento fiel de Jesús, Dios nuestro, siempre solidario caminando junto con nosotras y alumbrando con su  Luz  nuestro caminar. El pan que produce vida en cada una y la copa para dos.

Continuamos recordando su amor al otorgar su sangre y su cuerpo por todas y todos. Haciendo memoria  que quien se acerca a la mesa a participar del pan y el vino es invitada a guardar una relación de justicia con su prójima. A la vez que recordamos su amor y su justicia al incluirnos en el proyecto de misión, su llamado a mantener cuidado los unos de las otras, también,   guardamos la esperanza por su segunda venida y la consumación de su reinado. De esta manera nos ministramos unas a otras en un compromiso muto.

Otro día tuvimos tiempo de clausurar este espacio escuchando los compromisos que cada una nos llevamos a nuestros países. Pudimos experimentar el mover del Espíritu de Dios y traer   renovación y esperanza en todas nosotras.  Muchas de ellas, como las hermanas de Honduras tuvieron que trabajar duro haciendo varias actividades para poder venir –fueron el grupo mayoritario con 17 mujeres-

Muchas de las mujeres que participaron en este taller son pastoras y esposas de pastores, ellas hicieron el compromiso de reproducir el taller en sus congregaciones. Mientras que algunas mujeres se concentran en la autoayuda, la mayoría se centran en trabajar para generar cambios, algunas mujeres como las hermanas Kekchí del departamento de Cobán, Guatemala,   enfrentan un desafío doble: el sexismo y el racismo.

Mayormente las  actividades del movimiento de mujeres se centraron en la reproducción del taller, llevando el mensaje liberador de Jesús para las mujeres. Soñamos en colocar un link en el blog de teólogas donde pudiéramos concentrar la producción de escritos que ya existen de mujeres que trabajan en diversas áreas dentro de sus propios contextos y en la necesidad de producir nuevos artículos  y publicarlos. Estos sueños han provocado que algunas mujeres experimenten cambios profundos, como aprender a utilizar la tecnología y escribir sus experiencias y testimonios.

Las mujeres teólogas de América Latina han roto su aislamiento, estamos muy contentas de conectarnos con mujeres de otros países y organizaciones. Este taller-seminario ofrece la oportunidad para el reconocimiento amplio y generoso de nuestra hermandad como mujeres, la explosión de afecto y la afirmación de las experiencias como mujeres miembros del cuerpo Menonita.

Agradecemos a todas las instituciones que apoyaron esta actividad y particularmente  al Comité Central Menonita, el Comité de América Latina del Concilio de Ministerios Internacionales Anabautistas (CIMLAC) , y Mennonite Women USA, por el apoyo dado a las mujeres  teólogas de América Latina y por supuesto al Congreso Mundial Menonita por darnos su cobertura.

Ofelia García, Comisión de Misiones del CMM

Comentarios