Al corriente: noviembre 25, 2024
“Dispersarse y conectarse”. Este lema guió a la Iglesia Menonita de Hawkesville cuando cerraron el ministerio activo de la congregación y desembolsaron los activos para apoyar a otros ministerios. El Congreso Mundial Menonita fue uno de los beneficiarios de esta congregación en la zona rural de Ontario, Canadá.
“Los activos de la iglesia se utilizarán para promover la misión actual de la iglesia”, afirma David Martin, pastor interino de Hawkesville en la época del cierre. (La Agencia Tributaria de Canadá exige que las donaciones se utilicen para lo que fueron designadas).
La congregación eligió al Congreso Mundial Menonita, la Iglesia Menonita de Canadá y la Iglesia Menonita del Este de Canadá (MCEC), que representan los ministerios globales, nacionales y locales de la iglesia.
“El servicio de clausura tuvo una sensación de envío: tomar lo que recibimos aquí y llevar esos dones a otra parte”, expresa David Martin.
El dinero y los miembros de la iglesia ahora están dispersos para una conexión continua: la gente y el evangelio.
Antes de cerrar, el líder de adoración en los servicios semanales de Hawkesville daba una breve actualización sobre cómo el CMM, la iglesia Menonita de Canadá y la MCEC están trabajando para construir la iglesia. Esto fortaleció el papel de la congregación dentro del trabajo más amplio de la iglesia. “La iglesia global es importante”, declara David Martin.
El cierre de la iglesia fue “una decisión valiente”, afirma David Martin. La congregación contaba con un liderazgo fuerte y los recursos financieros necesarios para continuar.
Sin embargo, la congregación reconoció que había pocas posibilidades de aceptar nuevos miembros en su contexto rural. La región cuenta con muchas otras congregaciones, y por otro lado, los jóvenes suelen establecerse en los centros urbanos.
“No era probable que la congregación prosperara sin reducir su tamaño”, explicó David Martin.
Hubo casi un año de discernimiento que condujo a la decisión y otro año de duelo y celebración que precedió al servicio final en junio del 2024.
David Martin lideró a la congregación en prácticas espirituales para lamentar, soltar, celebrar y posicionarse para “un nuevo futuro que Dios está creando para nosotros”, comenta.
A lo largo de casi 75 años de ministerio, la iglesia Menonita de Hawkesville sirvió de muchas maneras: los miembros hicieron colchas para el CCM, almohadas para un hospital local, panecillos de crema para la venta anual con fines benéficos, entre otros.
“Decidimos poner nuestros esfuerzos al servicio de otras iglesias locales, para encontrar formas diferentes de reinvertir en la misión de la iglesia, para utilizar los activos como semilla para el futuro”.
Cada miembro tenía al menos una opción, si no varias, en un radio de viaje de 15 minutos, explica David Martin. Por eso se dispersaron para buscar nuevas conexiones y dedicar sus energías a nuevas áreas de servicio.
“Estamos tristes y desearíamos que no hubiera sucedido, pero no hay remordimientos”, comenta Julene Fast, presidenta de la congregación.
Las reuniones informales planificadas para el próximo año seguirán reuniendo nuevamente a los miembros dispersos de Hawkesville para que se conecten. La misión de Dios continúa en nuevas formas.
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