Al corriente: julio 6, 2021 | Categoría: Recurso de adoración
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Encontrando Esperanza Y Curación En La Crisis
Jesús caminando sobre el agua (Mateo 14,22-33) y Jesús calmando la tormenta (Mateo 8,23-27 y Marco 4,35-41).
¿Puedes imaginar a Jesús caminando sobre las aguas turbulentas que azotaban la barca? o ¿Imaginas la tormenta fuerte con olas que cubrían la barca? Es entendible el miedo de los discípulos que hasta les hacía ver fantasmas, o la angustia mientras creían que perecerían en un naufragio. También nosotros podemos pasar por circunstancias donde el miedo nos inunda, circunstancias en las que nos hemos sentido enfermos sin estarlo, o sentimos que hemos perdido sin intentar antes realizar la labor.
Las tormentas de nuestra vida pueden ser diversas, estas van desde ver afectada nuestra salud, nuestra economía, nuestro matrimonio, ver en riesgo la vida de un hijo; no sé por cuales estas pasando. En esas circunstancias tormentosas vivimos verdaderas angustias, nos sentimos solos, deprimidos, nos sentimos pecadores que no merecemos la gracia de nuestro Dios, sin esperanza y hasta puedes sentirte en un hoyo profundo del cual no sabes cómo salir. A nivel personal, las situaciones de la vida diaria parecen cada vez más difíciles.
En varias partes del mundo también se ven conflictos, desacuerdos que se convierten en enfrentamientos, implicando mucha violencia hasta la muerte para algunas personas. Hay quienes se preguntan ¿hacia dónde va este mundo? no podemos negar estas realidades.
Como hijos de Dios no estamos exentos de vivir estas experiencias “porque en el mundo tendremos aflicción…” Juan 16,33 (RV); tenemos un deber cristiano que es el de reflejar el carácter triunfador de Jesús.
Te invito a imaginar a Jesús caminando sobre las aguas turbulentas e imaginar el relato de Mateo 14,27 (RV) cuando Él les habla a sus discípulos y dice: ¡Calma! ¡Soy yo: no tengan miedo!, después de un tiempo de mucha angustia, como cuando uno está a punto de perder la vida o cuando crée que la perderá. Te invito a imaginar la voz tranquilizadora de Jesús hablando a sus discípulos, como se nos relata en Mateo 8,26 (RV): Él les dijo: ¿Por qué teméis, hombres de poca fe? Entonces, levantándose, reprendió a los vientos y al mar; y se hizo grande bonanza ¡Oh, que experiencia gloriosa!
Esta experiencia maravillosa de sentirnos protegidos por el amor de Dios a través de las diversas manifestaciones de su poder son las que están disponibles para tu vida. Jesús está con sus manos extendidas para asirte y no dejar que perezcas en las aguas turbulentas de la vida; Él está para sanar todas tus enfermedades y todo dolor que te toca experimentar, nadie como Él para comprender todas las situaciones difíciles que nos toca vivir, en la noche más oscura y amenazadora, cuando se han perdido todas las esperanzas, Él camina hacia tí con todo el interés de sacarte, sostenerte y consolarte.
Puede que ahora escuches su voz diciéndote: ¿Por qué tanto miedo? ¡Qué poca fe tienen ustedes! (Mateo 8,26 DHH). Muchas veces necesitamos hacer un alto en nuestro caminar y alzar nuestra mirada hacia Jesús para vivir nuestra paz, la paz que te permite superar esa situación, la paz que te da fuerzas para seguir luchando, para hacer lo que la angustia no te permite hacer.
Este día tómate el tiempo que estas necesitando y como ellos di: ¿Qué hombre es éste, que aun los vientos y el mar le obedecen? (Mateo 8,27 JBS) En Él ponemos nuestra esperanza, no nos defraudará.
—Adriana Belinda Rodríguez Velázquezes integrante de la Comisión de Paz. Es miembro de Caminando con Dios, parte de la Iglesia Evangélica Menonita Hondureña.
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